May 18, 2020 | Botánica, Centro de documentación científica, Fotografía, Fundación Pep Bonet Capellá, Uncategorized |
Hace meses, cuando “no pasaba nada”, estábamos en la puesta en marcha de una Fundación, con la sana intención de compartir un extenso archivo de fotos de natura con quién las pueda necesitar para difundir conocimiento.
Apareció el COVID19 y ¡todo se fue al traste! No es que la Fundación se haya abortado, no. Nuestros principios y nuestros proyectos son sólidos, pero, por exigencias de una pandemia, se confinó al pueblo y administración. Se paralizó la burocracia necesaria para arrancar la fundación y quedó estrictamente prohibido deambular en busca de plantas para documentar.
Ya contamos, en su momento, que trabajo nos sobra. Por ejemplo hemos dedicado horas infinitas (¡y las que nos quedan!) a digitalizar el archivo de diapositivas en una definición más que buena, 5000×5000 píxels aprovechando que los originales son de 6×6 cm. Y, para lucirnos, hemos ido limpiando, una a una y a mano, todos los puntitos, pelusillas, rayaduras, etc. En fin, generando archivos de 71 Mb que, para publicar, quedan más que bien.
Escaneado y posterior limpieza fue una excusa para un artículo de comunicación. Tardamos poco en “inventar” que, desde el Jardí Botànic de Sóller, nos trajeran plantas en maceta para ir “avanzando”. Creo que hicimos famoso a un Erodium ciconium…
Una vez descubierto el sistema nos trajeron más cosas, frutos de Narcissus tezetta y de Muscari neglectum
Nos trajeron sendas macetas de Potentilla reptans y de Teucrium campanulatum,
En fin, hemos conseguido entretenernos durante el confinamiento. Estas son muestras, por descontado que hemos estrujado en lo posible el material adquirido… Al fin y al cabo “no teníamos nada mejor que hacer”.
Pero, “como no hay mal que cien años dure”, hace un par de semanas, concretamente desde el 2 de mayo, ya se permitió a la población una ligera movilidad… que aprovechamos para recoger material de estudio. Un tema que tenía un programa definido era la higuera, incluso plantamos un vástago para hacer un mejor seguimiento (vástago que no ha llegado a agarrar)
El seguimiento de Blastophaga psenes se ha perdido en el confinamiento, hasta el año que viene, pero en nuestra primera salida, la primera acción fue recoger un prohigo infestado de avispillas para seguir documentando el tema y, empezar a sacar fotos de las flores masculinas
Además, hemos podido recoger una Spergularia, que está en manos más expertas para su determinación, un Lytrum, también por determinar, Smyrnium olusatrum, Ceratophyllum demersum, una Hepaticophyta y la Zannichellia pedunculata de la foto que abre este artículo.
Casi todas estas fotos se han realizado con las técnicas de fotografiar por capas y apilar, para conseguir una nitidez fuera de lo común, una profundidad de campo extraordinaria. En todas ellas se han repasado las motas de polvo, pelusillas, reflejos inadecuados, etc.
Todas y cada una de ellas son lo que se considera “foto de estudio”. En la documentación botánica, tan importante es la foto de campo, para reflejar el hábitat de la planta, lo menos intervenida posible, como poder mostrar los mínimos detalles de flores, frutos y semillas. Si repasáis entre los artículos del blog, algo hay escrito sobre esas técnicas de macro extremo.
Habrá quien se haya aburrido y engordado, durante este confinamiento. Nosotros hemos dedicado casi todo nuestro tiempo a “esto”… ¡y de gorduras no hablemos!
Mar 20, 2020 | Botánica, Centro de documentación científica, Fotografía, Fundación Pep Bonet Capellá, Pep Bonet, Uncategorized |
Decimos en Mallorca que “uns contes fa s’ase i altres fa es traginer” que, traducido, sería “unos planes hace el burro y otros hace el arriero”.
Entrando de lleno en la primavera, llevamos más de un mes totalmente atareados, cerrando especies de una futura publicación, buscando especies porque se nos ha ocurrido una foto original, como por ejemplo una Lemna giba entre dos aguas, buscando una Portulaca oleracea en flor o haciendo controles a especies de importancia etnológica y alimentaria, como puedan ser Ficus carica o Ceratonia silicua, higuera o algarrobo. En #FundPepBonet solemos comentar nuestras actividades, nos gusta compartir nuestra pasión y contar nuestras aventuras, por eso os hemos ido poniendo fotos y comentarios.
Pues bien, el sábado pasado, 14-3-20, salimos a “forrajear” y, por ejemplo, salió esta detalladísima foto de fruto de Fumaria, unas bolitas de apenas 1,5 mm, esto nos permite cerrar la ficha de esta especie, sin perjuicio de mejorar o ampliar, pero ya sin urgencias. Otra de las adquisiciones del sábado fueron bayocos de breva, de mama y de varios prohigos, frutos verdes, sin desarrollar, pero que en su interior ya tienen, perfectamente visibles las flores femeninas de estilo largo o corto y el prohigo, flores masculinas identificables.
La Fundación Pep Bonet Capellá es, aun, un proyecto que está en fase administrativa de registro, abogados y gestores ya están haciendo su trabajo, pero por ahora (y seguramente durante un tiempo) dependeremos de colaboraciones. Esto significa que para la fotografía microscópica dependemos de las instalaciones del Jardí Botànic de Sóller. En nuestras instalaciones podemos fotografiar un campo de 5×5 mm y ampliarlo x5, mientras que en Sóller tenemos la posibilidad de tomar un campo de 0,4×0,4 mm y ampliarlo x31, la diferencia es notable. Para según que detalles de flores, frutos o semillas nuestra instalación se queda corta… agradecemos al Jardí Botànic de Sóller su colaboración y soñamos que algún mecenas, en algún momento, nos ayudará a mejorar nuestras instalaciones…
Toda esta introducción viene a cuento que, como todo el mundo sabe (sic), está declarada una pandemia mundial, valga la redundancia, de coronavirus y que el mismo sábado, 14, por la noche, se declaró el estado de alarma en nuestro país y se confinó a los españoles en sus casas para intentar controlar la propagación de la enfermedad, sin lugar a dudas una medida correcta y necesaria, pero que nos ha partido por la mitad nuestros planes de trabajo.
Ya os contamos, hace tiempo, que entre las plantas que tenemos pendientes está Ficus carica, la higuera de toda la vida, pero yendo un poco más allá, documentando flores masculinas y femeninas, documentando todos los vectores de la sexualidad de las higueras, documentando el complejo proceso de la cabra higuera y su avispa mutualista, la que se encarga de transportar el polen… un proyecto interesante y divertido, de todos los proyectos que tenemos. En este caso, higueras e higos son fáciles de fotografiar, pero casi todo lo demás tiene magnitudes de 2mm para abajo y nos venía de perlas la colaboración del microscopio de Sóller… este que está a 20 km de nuestra residencia, con controles policiales, el microscopio al que el coronavirus nos ha bloqueado el acceso.
Como he dicho, el sábado recogimos bayocos de distintas higueras para sacar buenas fotos de flores longistilas y brevistilas. Pero es que, además, recogimos una mama en estado avanzado, por controlar en qué fase estaban las Blastophagas. Ante el confinamiento, el lunes siguiente intentamos “salvar los muebles”, intentamos sacar fotos de las flores, ya formadas pero minúsculas, de escasos 0,8-1 mm y confiar que luego el recorte será útil y, ¡cuál no fue nuestra sorpresa! El sobre donde estaba la mama estaba lleno de Blastophagas, la fase es la de ¡a poner huevos y a reproducirnos!
¡Qué desastre! No hemos abierto la mama, intentaremos sacar una foto del agujero del ostiolo, también minúsculo, con el equipo “de casa” y la tenemos congelada para, al abrirla, poder sacar fotos de Blastophagas macho y hembra, inmóviles, quizá en buena pose, ya veremos. Incluso, si tenemos suerte, puede que haya eclosionado alguna Phylotripesis caricae, que también ronda los 1,5 mm o que haya nematodos (estos imposible sacarlos en nuestro equipo)
El desastre es que, solo con esta mama hubiéramos tenido para varias sesiones, hubiéramos documentado, con suerte, polinizadores y sus parásitos, vamos, que nos venía una semana de trabajo tremendamente productivo. Ahora toda nuestra ansiedad es que este encierro no dure mucho, este proceso no es de un día, dura un par de semanas, pero si la cuarentena dura más habremos perdido quizá un año, al menos la relación mama-prohigo la habremos perdido hasta el año que viene… En fin, ¡es lo que hay! Al menos intentemos controlar la pandemia.