Nuestra Fundación en tiempos del Corona Virus (COVID19)

Nuestra Fundación en tiempos del Corona Virus (COVID19)

Decimos en Mallorca que “uns contes fa s’ase i altres fa es traginer” que, traducido, sería “unos planes hace el burro y otros hace el arriero”.

 

Entrando de lleno en la primavera, llevamos más de un mes totalmente atareados, cerrando especies de una futura publicación, buscando especies porque se nos ha ocurrido una foto original, como por ejemplo una Lemna giba entre dos aguas, buscando una Portulaca oleracea en flor o haciendo controles a especies de importancia etnológica y alimentaria, como puedan ser Ficus carica o Ceratonia silicua, higuera o algarrobo. En #FundPepBonet solemos comentar nuestras actividades, nos gusta compartir nuestra pasión y contar nuestras aventuras, por eso os hemos ido poniendo fotos y comentarios.

 

Pues bien, el sábado pasado, 14-3-20, salimos a “forrajear” y, por ejemplo, salió esta detalladísima foto de fruto de Fumaria, unas bolitas de apenas 1,5 mm, esto nos permite cerrar la ficha de esta especie, sin perjuicio de mejorar o ampliar, pero ya sin urgencias. Otra de las adquisiciones del sábado fueron bayocos de breva, de mama y de varios prohigos, frutos verdes, sin desarrollar, pero que en su interior ya tienen, perfectamente visibles las flores femeninas de estilo largo o corto y el prohigo, flores masculinas identificables.

 

La Fundación Pep Bonet Capellá es, aun, un proyecto que está en fase administrativa de registro, abogados y gestores ya están haciendo su trabajo, pero por ahora (y seguramente durante un tiempo) dependeremos de colaboraciones. Esto significa que para la fotografía microscópica dependemos de las instalaciones del Jardí Botànic de Sóller. En nuestras instalaciones podemos fotografiar un campo de 5×5 mm y ampliarlo x5, mientras que en Sóller tenemos la posibilidad de tomar un campo de 0,4×0,4 mm y ampliarlo x31, la diferencia es notable. Para según que detalles de flores, frutos o semillas nuestra instalación se queda corta… agradecemos al Jardí Botànic de Sóller su colaboración y soñamos que algún mecenas, en algún momento, nos ayudará a mejorar nuestras instalaciones…

 

 

Toda esta introducción viene a cuento que, como todo el mundo sabe (sic), está declarada una pandemia mundial, valga la redundancia, de coronavirus y que el mismo sábado, 14, por la noche, se declaró el estado de alarma en nuestro país y se confinó a los españoles en sus casas para intentar controlar la propagación de la enfermedad, sin lugar a dudas una medida correcta y necesaria, pero que nos ha partido por la mitad nuestros planes de trabajo.

 

Ya os contamos, hace tiempo, que entre las plantas que tenemos pendientes está Ficus carica, la higuera de toda la vida, pero yendo un poco más allá, documentando flores masculinas y femeninas, documentando todos los vectores de la sexualidad de las higueras, documentando el complejo proceso de la cabra higuera y su avispa mutualista, la que se encarga de transportar el polen… un proyecto interesante y divertido, de todos los proyectos que tenemos. En este caso, higueras e higos son fáciles de fotografiar, pero casi todo lo demás tiene magnitudes de 2mm para abajo y nos venía de perlas la colaboración del microscopio de Sóller… este que está a 20 km de nuestra residencia, con controles policiales, el microscopio al que el coronavirus nos ha bloqueado el acceso.

 

Como he dicho, el sábado recogimos bayocos de distintas higueras para sacar buenas fotos de flores longistilas y brevistilas. Pero es que, además, recogimos una mama en estado avanzado, por controlar en qué fase estaban las Blastophagas. Ante el confinamiento, el lunes siguiente intentamos “salvar los muebles”, intentamos sacar fotos de las flores, ya formadas pero minúsculas, de escasos 0,8-1 mm y confiar que luego el recorte será útil y, ¡cuál no fue nuestra sorpresa! El sobre donde estaba la mama estaba lleno de Blastophagas, la fase es la de ¡a poner huevos y a reproducirnos!

 

 

¡Qué desastre! No hemos abierto la mama, intentaremos sacar una foto del agujero del ostiolo, también minúsculo, con el equipo “de casa” y la tenemos congelada para, al abrirla, poder sacar fotos de Blastophagas macho y hembra, inmóviles, quizá en buena pose, ya veremos. Incluso, si tenemos suerte, puede que haya eclosionado alguna Phylotripesis caricae, que también ronda los 1,5 mm o que haya nematodos (estos imposible sacarlos en nuestro equipo)

 

El desastre es que, solo con esta mama hubiéramos tenido para varias sesiones, hubiéramos documentado, con suerte, polinizadores y sus parásitos, vamos, que nos venía una semana de trabajo tremendamente productivo. Ahora toda nuestra ansiedad es que este encierro no dure mucho, este proceso no es de un día, dura un par de semanas, pero si la cuarentena dura más habremos perdido quizá un año, al menos la relación mama-prohigo la habremos perdido hasta el año que viene… En fin, ¡es lo que hay! Al menos intentemos controlar la pandemia.